¿HAY UN TIEMPO EN QUE EL DAÑO ACV ES IRREVERSIBLE?

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¿Hasta qué punto se puede recuperar después de un Accidente Cerebrovascular? No hay una fecha de caducidad

Comúnmente, en el hospital y la clínica, después de un ictus cerebral o ACV se acostumbra a escuchar que nuestra recuperación será posible en un plazo máximo de un año. Algunos hablan de tiempos de seis meses, otros de ocho meses, mientras que los más generosos se inclinan por la posibilidad de recuperación incluso hasta un año y medio después del accidente cerebrovascular.

A veces me pregunto dónde estará esa etiqueta con la fecha de caducidad de la recuperación de los pacientes hemipléjicos que permite ser tan precisos con la duración del período de recuperación.

La realidad es que no hay una etiqueta, y mucho menos una fecha de caducidad, las respuestas sobre la duración de la recuperación al año siguiente a un accidente cerebrovascular tienen razones precisas de carácter biológico, por un lado y están basadas en la experiencia promedio de recuperación, por otro.

“Si no recupera el movimiento del brazo y una buena caminata en un plazo de seis meses después del ACV, el paciente difícilmente podrá recuperarse en el futuro”

Esta es la frase típica que, en los días siguientes al evento dramático del ictus, escuchan los pacientes y sus familiares cuando piden información sobre lo que será el futuro desarrollo de la recuperación. Pero esta misma frase podría ser transformada de esta manera:

“En seis meses generalmente se manifiesta lo que podríamos definir como recuperación espontánea, es decir, lo que se habría obtenido incluso sin nuestra intervención. Lo que sucede después, tomando en cuenta las experiencias pasadas de recuperación, que se basan en lo que tradicionalmente se propone en la rehabilitación, es que no debería recuperar mucho”

¿Qué sucede biológicamente en el primer año después del accidente cerebrovascular?

La naturaleza de nuestro cuerpo funciona en perfecta armonía y lógica para permitirnos la mejor recuperación. En tal sentido, después de un accidente cerebrovascular, coordina nuestros procesos fisiológicos de un modo verdaderamente perfecto, dividiendo la convalecencia del primer año, en tres etapas:

Fase Inhibitoria
Fase Excitatoria
Fase de Normo-Excitabilidad

La duración de estas tres fases es claramente indicativa y varía de paciente hemipléjico a paciente hemipléjico, y depende del tipo de lesión y el tipo de experiencias de rehabilitación propuestas.

Fase Inhibitoria

En esta primera fase, que podemos identificar en las primeras semanas después del ACV, vamos a tener una condición mucho más grave del daño real. De hecho, es común que el paciente hemipléjico presente una parálisis de la mitad del cuerpo casi total. Esto es debido a que nuestro organismo sufre un shock medular después del ictus que pone en reposo la mayor parte de la transmisión nerviosa respecto a la mitad del cuerpo opuesta a la lesión.
Es como si el cuerpo dijera: “He sufrido una lesión grave, limito todas mis capacidades motoras debido a que la región del cerebro afectada no es capaz de manejar en este momento las informaciones relativas al movimiento”

En esta fase, también llamada “flácida”, el paciente está en cama con muy reducidas posibilidades motoras. La situación se presenta difícil de recuperar y el paciente está todavía en el hospital o en las primeras semanas de rehabilitación.

Para más información sobre las fases después del ictus o accidente cerebrovascular, recomiendo leer el artículo sobre diasquisis.

Fase Excitatoria

Más tarde, el cuerpo nos proporciona las herramientas biológicas adecuadas para acelerar la recuperación, abriendo nuevamente algunos circuitos neuronales previamente inhibidos.
Esta reactivación sigue reglas muy precisas, se reactivarán los circuitos más simples, primero los reflejos y los movimientos más simples, y se hará mediante el aumento de la vitalidad de la conducción nerviosa.

Esta es la etapa en la que el paciente manifiesta los primeros signos de recuperación y se comienzan a vislumbrar los primeros movimientos.
La fase de excitación, que dura alrededor de 6-8 meses, es la más delicada, porque la recuperación es más animada, pero esta velocidad también es válida en la dirección opuesta.
Quiero decir que el paciente hemipléjico es sometido a una rehabilitación dirigida sólo a los músculos y el refuerzo de la caminata, por lo que los primeros despertares de los músculos y reflejos, se estructuran manifestando esa rigidez muscular llamada espasticidad, lo que limita la capacidad de despertar los circuitos neuronales más complejos que producen movimientos de mayor calidad.

Aquí el paciente se encuentra al final del ciclo de rehabilitación prevista y es enviado a casa, pero un gran porcentaje habrá desarrollado un modo de caminar incierto, a menudo ayudado por una férula para el pie, y un movimiento del brazo y la mano muy pobre y confuso por la espasticidad, dado que las energías de rehabilitación se han centrado en la autonomía del paso.
Es en este período que el paciente encuentra alternativas como la toxina botulínica, la estimulación magnética transcraneal TMS, y otras propuestas como la robótica, pero sin lograr un beneficio importante porque, de nuevo, el trabajo no se dirige al problema real: el cerebro.

Fase de Normo-Excitabilidad

Es la etapa en la que el organismo, después de poner el turbo a la recuperación, regresa a un estado de conducción nerviosa normal. Normalmente, para este momento ha pasado cerca de un año, y si la rehabilitación no se ha realizado correctamente, el paciente se encontrará caminando de forma desequilibrada y con un brazo que apenas logra mover. Mientras que un porcentaje menor de pacientes se beneficiaron de una recuperación espontánea más favorable, aún cuando la base con la que comenzaron haya sido similar a la de la mayor parte de pacientes que, después de un año, tuvieron una recuperación menor.

¿Qué sucede después de un año?

Después de un año del ACV el cuerpo todavía está preparado para mejorar, ya que la recuperación que debe ocurrir a nivel del cerebro gozará de la plasticidad de nuestro sistema nervioso central, que no tiene fechas de caducidad. La recuperación es un proceso de aprendizaje que no tiene límites de edad o tiempo.

Está claro que mientras más rápido se empiece a trabajar bien, mayor será el potencial para la recuperación, y trabajar después de un año en el que se estructuraron efectos patológicos, debido a la rehabilitación inadecuada, hace que todo sea más difícil. Hay pacientes que han comenzado a mejorar incluso después de 10 años. Es obvio que la recuperación puesta a disposición por la naturaleza será diferente de la que puede obtener en los primeros días después del accidente cerebrovascular o después del primer año, pero siempre se puede mejorar la situación. El caso más interesante es el de una señora que vi a 22 años de su accidente cerebrovascular, y que en varios meses ha mejorado la calidad de la caminata sustancialmente, y la capacidad de mover el brazo y la mano, incluso reduciendo la espasticidad. Desafortunadamente, después de largos años de actividades dirigidas a los músculos que han aumentado la espasticidad, la señora presenta algunas deformidades en los dedos que serán difíciles de tratar, pero en general, su caso demuestra que después de un derrame cerebral, no hay fechas de vencimiento.

 

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Dr. Valerio Sarmati, CEO de Stroke Therapy Revolution y Director de la Academia Neurocognitive Academi, Profesor de Rehabilitación Neurotraumatologica a la Licenciatura Y Maestria de fisioterapia.

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