La Afasia expone al paciente hemipléjico a una rehabilitación no adecuada

La Afasia expone al paciente hemipléjico a una rehabilitación no adecuada

La Afasia expone al paciente hemipléjico a una rehabilitación no adecuada 415 201 Stroke Therapy Revolution

La afasia desde 3 puntos de vista: Paciente, Familiar y Terapeuta.

“El problema de la hemiplejia derecha con Afasia, es realmente complejo de gestionar desde todos los puntos de vista.

El paciente se encuentra de un día para otro sin sus capacidades de movimiento del lado derecho del cuerpo, sobre una cama de hospital, con los profesionales sanitarios alrededor que le hablan y sin que él pueda comprender de lleno el significado de sus palabras, como si de repente se encontrara en un país extranjero y en un “cuerpo” extraño.

A estos momentos aterradores se le agrega la imposibilidad de describir su propio estado y preguntar a los médicos y a los familiares información sobre lo sucedido y sobre su futura recuperación.

Cuando intenta hablar a menudo no le salen las palabras, pero parecen estar en su cabeza y el resultado son balbuceos o palabras sin sentido, que para quienes le escuchan no tienen sentido alguno.

Algunas veces el paciente afásico habla a través del lenguaje incomprensible con una correcta entonación y la certeza de haber dicho la oración de manera adecuada y si se encuentra de frente a las caras atónitas de los familiares que se esfuerzan por entender.

Es evidente como una presión de este tipo sea dramática de parte del paciente pero también desde el punto de vista de los familiares, la situación es ingrata.

Se encuentra a manejar una situación que hasta hace cualquier día atrás a lo mejor ni la consideraban una hipótesis, además del problema motor que es más fácil de metabolizar, se encuentran de frente a la imposibilidad de comunicar con el propio familiar y reponen su confianza y esperanza en el terapeuta y en el logopeda donde también estos últimos empiezan a manejar un problema donde todavía el desarrollo y la ciencia de la rehabilitación tiene de frente un mar que superar.

Como en el problema que podemos definir “motor”, aquel de la afasia es difícil de clasificar, cada paciente es un mundo, por lo tanto cada disturbio del lenguaje es una historia única hecha de dificultades únicas.

En las situaciones más graves nos encontramos de frente a una imposibilidad de reproducir palabras y también a la dificultad de compresión.

La dificultad de creación es a menudo más evidente con respecto a la comprensión. O nos conseguimos de frente a una situación en la cual el paciente tiene una discreta capacidad de comprensión y la producción es de tipo “telegráfico”, o sea limitada a simple sustantivos que permiten al interlocutor de incluir el tema del discurso.

En otras situaciones nos encontramos de frente a un lenguaje demasiado fluido, que podemos definir “macedonia de palabras” donde extraer el significado del discurso aparece difícil, pero de todas maneras posible, sobre todo para los familiares que viven cercano al paciente.

Otros pacientes que, cualquier cosa que quieran decir, se expresan con las mismas palabras estereotipadas: “Dios mío”, “madre mía”

El primer objetivo que hay que obtener de nuestro familiar es aquel de recuperar la capacidad de comunicar suficientemente de manera que pueda efectuar junto a él una adecuada rehabilitación también “motora”. Empezaremos entonces por la recuperación de las capacidades de comprensión (a menudo sobrevaloradas en nuestro paciente), pasando por la capacidad de poder decir (si y no) de manera coherente al contexto, hasta la producción de frases simples y poco a poco más elaboradas.

Anécdota lamentable, pero muy frecuente…

Me interesa particularmente el punto en el cual hablaba de la construcción de la comunicación suficiente para poder ejecutar también la rehabilitación “motora”, por un hecho que me ocurrió en los tiempos de mi formación práctica en el hospital y que después con el tiempo descubrí que le pasó a muchos pacientes de los cuales tuve que ver en el transcurso de los años.

Completamente en ayuno de cualquier práctica con respecto a la rehabilitación post Ictus, me encontré a acompañar a un terapeuta experto del reparto del hospital al interno del cual hacia la formación universitaria.

El terapeuta entró en el gimnasio con una paciente en silla de ruedas con el lado derecho del cuerpo visiblemente espástico, la mirada pérdida y que pronunciaba solo las palabras: “oh mamá, oh mamá”.

En aquel momento percibí encontrarme de frente a un momento crucial, por poder aprender de un terapeuta experto, como también aquel de poder trabajar con un paciente hemipléjico tan difícil.

En el primer año de universidad se piensa en absorber lo más posible de los terapeutas expertos, como comportarse en esos casos que sucederán a menudo en el transcurso de la carrera. Una vez aceptada la paciente, le pregunté al terapeuta “¿Qué se puede hacer?” y la respuesta se me quedó impresa en el cerebro:

“No hay nada que hacer, ¿no ves que no entiende y esta afásica?, la única cosa que podemos hacer es movilizar su lado no pléjico y probar a reforzarlo…Mejor hazlo tú, así aprendes como se hace, concéntrate sobre el codo y la rodilla izquierda que estando sentada en esa posición se calcifican”.

La primera emoción fue de desilusión en el encontrarme de frente a la evidencia que la rehabilitación post Ictus tuviese las manos amarradas ante casos complejos como esos de la señora hemipléjica derecha, la segunda emoción fue de fuerte pena y ternura durante la ejecución mecánica de los movimientos flexo-extensión que estaba proponiendo a la paciente visiblemente cansada y mortificada, la ultima emoción por suerte fue de negación y desconfianza de frente a aquello que había asistido, “ no es posible que termine aquí, que no haya otra cosa que hacer…”.

Por suerte el tratamiento por cuanto complejo y difícil no se limita a la movilización o al refuerzo del lado sano o de aquel pléjico, hay siempre posibilidad de adecuar las propuestas rehabilitadoras a la capacidad del paciente para permitirles de activar esos procesos cognitivos alterados por el Ictus, sea con respecto al movimiento y al lenguaje, que como veremos a continuación, comparten muchos aspectos organizativos.

Lenguaje y movimiento

El lenguaje es la expresión visible y tangible de nuestro comportamiento, que emerge de una organización de nuestros procesos cognitivos justo como sucede por el movimiento.

A menudo para explicar este aspecto presento una imagen de un iceberg, donde sobre la cima están situado el movimiento y el lenguaje, y en la base todos nuestros procesos cognitivos como: memoria, atención, aprendizaje y percepción.

El aspecto visible del comportamiento a menudo induce a errores en la propuestas de rehabilitación, de hecho en los casos de la recuperación motora la atención del fisioterapeuta viene dirigida al músculo y a su capacidad de contraerse, en el caso del lenguaje la logopedia se concentra sobre las habilidades de mover la boca y la lengua y sobre la capacidad de producir sonidos o palabras que no son insertadas en una acción organizada.

Dos actividades a evitar

El paciente con Afasia, en la mayor parte de los casos no es una persona que perdió las palabras o la memoria de su sonido, sino que ha perdido su capacidad de extraer las palabras y las reglas del lenguaje en un determinado contexto. Por eso la actividad de repetición de una palabra o la denominación de una figura propuesta, no es una actividad adecuada para la recuperación del lenguaje.

Les cuento esto porque además de ser una de las actividades rehabilitadoras más populares del momento, también es una actividad en la cual los familiares ponen de su parte para ayudar al propio familiar en su recuperación.

Esta actividad además de no traer frutos tangibles, nos expone a una doble frustración, aquella del familiar que se esfuerza tanto en ayudar al propio ser querido a repetir algunas palabras que después se dará cuenta que no es en grado de todas maneras de usarla en el momento justo y la frustración del paciente que se encuentra de frente a una actividad compleja que comporta pocos resultados y esfuerzos anulados, ya sean propios que la de los familiares.

Agregado a eso el paciente justo como sucede con el movimiento, que de frente a una actividad no adecuada por el propio problema, pone en acto unos mecanismos de compenso, como los movimientos estereotipados, la irradiación y la espasticidad, en el caso del lenguaje produce facturas que pueden poner a riesgo la futura recuperación.

De hecho el estereotipo lingüístico como “Oh mamá” o “Oh Dios” vienen exagerados por la solicitud de los terapeutas y de los familiares de esforzarse a hablar y hacerse comprender con la esperanza que aquellos elementos comunicativos se mejoren con el tiempo, así como sucede en el paciente hemipléjico cuando le pedimos de caminar en fases precoz cuando todavía no ha madurado sus condiciones adecuadas. Podemos paragonar el “Oh mamá” al levantamiento de la cadera durante el camino o el levantamiento de todo el flanco durante la solicitud de movimientos del brazos. Por lo tanto estas expresiones de frente a una correcta ruta terapéutica van necesariamente determinados.

La afasia es uno de los elementos que principalmente distingue al paciente hemipléjico derecho de aquel izquierdo. Entendemos Afasia como dificultad o imposibilidad de comunicar lingüísticamente.

Por este motivo se hizo necesaria la creación de una video guía para la recuperación del paciente hemipléjico izquierdo y una dedicada al paciente hemipléjico derecho.

 

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Dr. Valerio Sarmati, CEO de Stroke Therapy Revolution y Director de la Academia Neurocognitive Academi, Profesor de Rehabilitación Neurotraumatologica a la Licenciatura Y Maestria de fisioterapia.

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